Sería para hombres y mujeres en situación de extrema vulnerabilidad y equivaldría a una Canasta Básica para un adulto de 21.000 pesos. El bloque K no tiene fuerza política para aprobarlo porque se dividieron y además Juntos por el Cambio no acompaña la iniciativa.
Casi como una reacción sine qua non frente a los últimos datos de la pobreza y al caso dela beba muerta en le puerta de la Casa Rosada, el kirchnerismo quiere desempolvar un proyecto que tiene cajoneado en el Senado y al que recurre para presionar tanto a Alberto Fernández como a Sergio Massa frente a los números de la indigencia.
Fuentes parlamentarias confirmaron a Clarín que se retomaron los contactos entre la senadora ultra K Juliana Di Tullio y los diputados del Frente de Todos que responden a Juan Grabois para volver a la cargar con el proyecto de ingreso extraordinario, que estuvo varias veces cerca de ser llevado al recinto, aunque nunca se terminó de materializar.
La propia Cristina Kirchner ya había puesto contra las cuerdas a Sergio Massa el año pasado cuando le pidió “diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”. Fue cuando la pobreza estaba en el 36,5 % y la indigencia se ubicaba en el 8,8 % .
Pero tras confirmarse esta semana que la pobreza se ubicó en el 39,2% y la indigencia en el 8,1%, Di Tullio envió mensajes a los representantes del partido de Grabois, quien también volvió a reclamar la aprobación del salario básico universal, una propuesta que impulsan en el Congreso por los diputados Itaí Hagman, Natalia Zaracho y Federico Fagioli.
“De haberse aprobado el proyecto de Refuerzo de Ingresos que elaboramos con Di Tullio cuyo costo fiscal era apenas el 0,31% del PBI, la indigencia hubiera sido un 64,9% menor conforme a la Oficina de Presupuesto del Congreso; pero evidentemente las prioridades fueron otras”, se quejó Grabois a través de su cuenta en Twitter.
Pero la propuesta de Di Tullio tiene algunas diferencias con el salario básico universal que presentaron en Diputados. El “refuerzo de ingresos” que promueve la senadora K apunta a que se garantice el acceso a una adecuada alimentación de las personas que se encuentren en situación de “extrema vulnerabilidad”.
Este subsidio está previsto para las mujeres de entre 25 y 59 años y los varones entre 25 y 64 años, uno de los puntos que todavía no se terminó de negociar con los legisladores de Grabois, que exigen que se incluya a los más jóvenes y el límite sea de los 18 años en ambos casos.
El refuerzo impulsado a través del proyecto de Di Tullio prevé un monto igual al valor de la Canasta Básica Alimentaria de un adulto, que está por encima de los $ 21.000. La prestación es por un año y podrá ser nuevamente solicitada, según se puntualizó en la propuesta.
En los fundamentos del proyecto, que tuvo giro a la Comisión de Trabajo y Previsión Social -presidida por la senadora ultra K-, se resaltó que mientras se aborda la agenda de temas de mediano y largo plazo, “una parte de la población requiere de medidas urgentes que no pueden esperar a resolver los indicadores macroeconómicos”.
Está claro que este proyecto es utilizado por el kirchnerismo para presionar al Gobierno y puntualmente a Sergio Massa para que atienda a los sectores que están sumergidos en la indigencia.
Sin embargo, ahora el kirchnerismo tiene más complejo el panorama para avanzar con este proyecto aunque cuente con el respaldo de la vicepresidenta. Primero porque no contaría con el apoyo de Juntos por el Cambio, que ya cuestionó la iniciativa por la falta de financiamiento.
Además, el kirchnerismo ya no tiene asegurado el quórum tras la fractura del Frente de Todos y la conformación de Unidad Federal, algo que tuvo su primer efecto en la frustrada sesión del jueves pasado que terminó en medio de un escándalo con gritos e insultos por cuestiones reglamentarias.