En medio de su propia interna y tras siete meses de letargo, el consejo directivo reunió este jueves a todos los sectores. Y aprobó un crítico documento para alertar por el riesgo de “descomposición social” .
Con la participación de todos los sectores internos y tras largos meses de inactividad, el consejo directivo de la CGT se reunió este jueves para aprobar un duro documento en el que advirtió sobre el “riego de descomposición social” por efecto del deterioro de la economía, la aceleración de la inflación y el aumento de la pobreza, y reclamó y “gran acuerdo” entre todos los actores políticos para dar respuestas urgentes a la sociedad.
El encuentro entre los máximos referentes de la principal central obrera tuvo lugar esta tarde en la histórica sede de la calle Azopardo y sumó representantes de todas las corrientes internas en la apuesta de ofrecer una señal de unidad y a la par consensuar la línea del mensaje destinado a la dirigencia política.
Así estuvieron en la sede de la calle Azopardo los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña, referentes de los “gordos” (grandes gremios de servicios) y el barrionuevismo que, junto al grupo de “independientes”, expresan la mayoría en la conducción.
Y, tras los cortocircuitos de los últimos meses, de las deliberaciones participó el restante miembro del triunvirato, Pablo Moyano, junto a sus gremios aliados, además del bancario Sergio Palazzo y los dirigentes de la Corriente Sindical, ambos espacios alineados desde hace tiempo con el kirchnerismo.
Luego del arranque de la reunión, minutos después de las 15, los gremialistas debatieron el borrador del documento preparado para el encuentro y que, será a su vez el punto de partida para el mensaje que la central obrera pretende enarbolar en el acto que prepara para el próximo 2 de mayo, para celebrar el Día del Trabajador, en el estadio del club Defensores de Belgrano.
El texto, redactado por el dirigente Gerardo Martínez y finalmente aprobado en la reunión, formula una durísima advertencia sobre la realidad económica y social y reclama una reacción de toda la dirigencia política.
Por una parte, alerta por “una compleja crisis económica y social” y un “escenario de inestabilidad macroeconómica” que, según la opinión sindical se manifiesta a través de “una escalada inflacionaria creciente que pulveriza el poder adquisitivo de los salarios; escasez de divisas, informalidad laboral y un proceso de aumento en su pobreza estructural”.
Al respecto, considera “inaceptable” que la pobreza alcance al 40% de la población porque ello -sostiene- “condena a la marginalidad a millones de argentinos y argentinas” y alerta -en un tono más dramático-, que “pone en serio riesgo la cohesión social”.
A partir de ese diagnóstico crítico, la central obrera reclama “la convocatoria de un gran consenso político, económico y social que permita alcanzar acuerdos básicos para el diseño de un programa de mediano y largo plazo, promoviendo el desarrollo, la producción y el trabajo como instrumentos necesarios y urgentes para superar la crisis y trazar un horizonte de crecimiento con justicia social”.
Y exige que “las especulaciones cortoplacistas de una etapa pre electoral no posterguen la generación de acuerdos estratégicos, dentro de un modelo de crecimiento sostenido e inclusivo”.
