Rosario: el narcotráfico, los Monos y un cruce de sicarios y vendettas

Rosario: el narcotráfico, los Monos y un cruce de sicarios y vendettas
Los impactos de bala en el supermercado de la familia Rocuzzo, la esposa de Messi.

La balacera sobre el negocio de la esposa de Messi, desató una serie de hechos propios de una película de la mafia.

El viernes pasado, mientras la balacera al supermercado de la familia Rocuzzo-Messi aun generaba estrépito en la Argentina y en buena parte de la prensa del mundo, varias camionetas de la Policía de Santa Fe, y alrededor de quince agentes motorizados, custodiaron durante horas una sala de servicios fúnebres en Rosario.

En paralelo al salto internacional mediático de Los Monos, había muerto una de las hijas del “fundador” de esa banda narco, Ariel Máximo “El Viejo” Cantero, que terminó velando a la joven en un lugar ultra vigilado por las fuerzas de seguridad.

En Rosario la policía custodia a los muertos y sus deudos, quizás con mayor efectividad que a los vivos. Después de varios asesinatos cometidos a modo de “vendetta” por sicarios del narcotráfico en las mismas salas velatorias de ya otros fallecidos de sus enemigos en el negocio de la droga, la Asociación de Empresas Fúnebres reclamó a las autoridades que les garanticen la presencia policial en las exequias.

Con esa custodia a las ceremonias para despedir a los muertos podría prevenir que mueran todavía más personas. Aun no se determinó si el ataque al negocio de los suegros de Messi fue una acción del crimen organizado del narco que asola a Rosario. Pero Los Monos fueron quienes pagan por ahora esa factura debido a sus métodos violentos extendidos desde hace veinte años por la ciudad que pasó a ser la de mayor de todo el país en la fatídica estadística de calcular la tasa de homicidios violentos cada cien mil habitantes.

La Agencia de Control Policial (ACP) de Rosario realizó allanamientos en los que capturó a un presunto integrante de la célula de "Los Monos" en barrio Ludueña. También detuvieron a su madre, una integrante de la fuerza que está de licencia.

Desde que dos desconocidos laceraron el frente del negocio de los Rocuzzo con esos catorce tiros en la noche del jueves pasado, el poder político del peronismo, que es oficialismo en Santa Fe y a nivel nacional, parece haber despertado de un largo letargo tras décadas de crecimiento narco en una provincia que, entre el 2007 y el hasta el 2019, fue gobernada por el Socialismo.

Los Kirchner, y la actual gestión bifronte del Frente del Todos, evadió las diferentes alertas tempranas que se sucedieron en Rosario durante su apogeo en el poder central.

Las balas que afectan a los Messi provocan ahora una reacción que llega tarde y por espasmos.

El actual intendente de Rosario, el también socialista Pablo Javkin, como antes el gobernador Miguel Lifschitz, y antes Antonio Bonfatti, y antes de él Hermes Binner, enfrentaron sin ayuda nacional, o con poca ayuda federal, el flagelo del avance narco que llegó ahora a niveles infernales.

De golpe, tras las plegarias no escuchadas de Javkin desde que asumió la intendencia rosarina, la Casa Rosada intenta ahora dar respuesta a lo que antes no dio.

Desde que el Supermercado de los Rocuzzo fue baleado hasta que ayer por la tarde, en Rosario hubo otros tres muertos por la “mafia” narco.

En solo 24 horas, la Justicia allanó las cárceles de Ezeiza, Rawson y Marcos Paz, donde se detectó lo que ya se conocía: el líder de Los Monos, “Guille” Cantero, gozaba del prohibido privilegio de tener acceso a teléfonos desde su calabozo en el que purga una condena de 96 años de prisión.

El Poder Judicial insistía con allanar a esos complejos penitenciarios porque fiscales y jueces contaban con pruebas irrefutables de que “Guille” Cantero seguía manejando sus negocios y sus directivas para matar enemigos encerrado y bajo supuesto control del Servicio Penitenciario Federal (SPF), igual que los otros allanados en otras dependencias carcelarias.

Un día después de esos allanamientos que esclarecieron lo ya sabido por las autoridades, también se accionó desde la Justicia contra dos ex jefes policiales por supuesta convivencia con las bandas narcos: se les encontró millones de pesos en efectivo, dólares y armas.

La Agencia de Control Policial (ACP) de Rosario realizó allanamientos en los que capturó a un presunto integrante de la célula de "Los Monos" en barrio Ludueña. También detuvieron a su madre, una integrante de la fuerza que está de licencia.

Esto ocurre, en paralelo, a internas entre dirigentes del PJ de Santa Fe y un sector del equipo de la Casa Rosada, que habla del tema como si en lugar de estar jugando ellos el partido de fútbol, en realidad lo comentan desde las plateas. Las muertes en Rosario continuaron. Y continuarán porque el problema del crimen organizado o desorganizado en la ciudad es complejo y lleva años sin plan ni rumbo profesionalizado.

La tasa de homicidios violentos en la ciudad, en la provincia, empezó a subir en el 2013 tras el asesinado de otro de los hijos de “El Viejo” Cantero que había heredado el liderazgo sobre Los Monos, apodado “El Pájaro” Cantero. Esa muerte desató la réplica de la banda que se lanzó a la venganza que continuó durante años, con muertos y muertos de un lado y del otro, y de otros lados de bandas que crecieron a pesar de las señales desesperantes que daban a un Gobierno Nacional, el de los Kirchner, que prefirió no hacer en territorio Socialista.

Hoy, bajo gobierno del peronista Omar Perotti, el escenario se complejizó.

El único ministro de Seguridad de la Provincia que logró bajar la tasa de homicidios violentos del narco durante sus cuatro años de gestión fue Maximiliano Pullaro, quien ocupó ese cargo bajo la gobernación de Miguel Lifschitz. Cuando asumió en el 2015 ese número fatal se ubicaba en los 271 muertos por año. En el 2019, había bajado a 164 fallecidos por las bandas del crimen cada 365 días. Hoy esa tasa volvió a subir hasta alcanzar los 288 asesinados en el mismo período de tiempo.

Las alertas desoídas por el Gobierno central de los K fueron demasiadas.

Una de ellas, un hito, fue la balacera que dos motorizados dispararon contra la casa de quien era gobernador en funciones, Antonio Bonfatti.

Como Javkin repite durante estos días, Pullaro coincide en el diagnóstico: “EL kirchnerismo siempre dejó sola a la provincia”.

Hechos son hechos

Con la llegada del Gobierno de Cambiemos a la Presidencia, se detuvo al “Monchi” Cantero tras cuatro años de vida de prófugo.

Según fuentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y de la ex SIDE, el juez de instrucción de Santa Fe Juan Carlos Vienna pidió al espionaje nacional que se intervengan 280 líneas de teléfonos que pertenecían o eran usadas por los Cantero y el resto de Los Monos.

En esos audios se podía escuchar a “Monchi” negociar el financiamiento de la compra de jugadores de fútbol de un equipo de la primera A de la Capital Federal.

El juez Vienna quedó desacreditado tras conocerse una foto suya en Las Vegas con un líder narco contrario a Los Monos.

Pero desde el 2013 hasta el 2015, a pesar de las intervenciones telefónicas, las fuerzas de seguridad K no encontraron jamás a “Monchi”.

La policía de Rosario reportó una balacera frente al supermercado Único, en Lavalle al 2500. El negocio pertenece a la familia de Antonela Roccuzzo.

El 7 de junio del 2016, con intervención del ministerio de Seguridad distrital, el nacional y la AFI, “Monchi” Cantero fue detenido en su barrio de toda la vida, cercano a la Circunvalación en la entrada a Rosario desde la ruta 9 que llega desde Buenos Aires a la ciudad.

¿Y antes?

La infiltración de la banda en la policía local llegó a tal punto que, de acuerdo a fuentes del espionaje, uno de los policías que en un momento retiró el producido de las escuchas de los teléfonos de Los Monos por la delegación de la ex SIDE en Rosario fue asesinado. Le robaron los cidís con el contenido de esas charlas.

Hoy, los herederos de “El Viejo” Cantero están detenidos. Aunque con ayuda de los penitenciarios que lidera la ex jueza K María Laura Garrigós de Rébori gozaban de privilegios en materia de comunicación telefónica con el exterior. Con esas llamadas desde intramuros Los Monos siguieron actuando.

El avance del narco en la Argentina fue también alertado por la ex SIDE en los tiempos en los que su Director General de Operaciones era Antonio Stiuso.

Nilda Garré era ministra de Seguridad cuando desde el servicio secreto se le elevó un informe que señalaba que cocaína producida por el cartel colombiano Del Valle Norte había empezado a moverse dentro dentro de la Argentina a niveles preocupantes.

Había sido también la ex SIDE de Stiuso la que detectó, por especialistas en químicos que trabajaban en el Correo Argentino detectando químicos de peligro, labores que se implementaron desde que se cometió el atentado a la AMIA, que se descubrió la llegada de material que podía ser usado en guerras bacteriológicas. El destinatario era un nombre fantasma. La dirección de Contrainteligencia al mando de Stiuso investigó el caso. Se llegó así a una localidad santafesina, Fisherton, donde se detectó que vivía un lúcido especialista en el uso de químicos y precursores químicos para fabricar drogas. Era Mario Segovia, después conocido como “El Rey de la Efedrina”. Hoy condenado a una pena de 16 años de cárcel que cumplió en buena parte en el Complejo de Ezeiza, se sabe que Segovia fabricó metanfetamina de tal calidad que era él quien la exportaba a México.

Como cuenta el periodista Daniel Santoro en su libro “La Ruta de la Efedrina”, Segovia tenía lingotes de oro, un armamento para un batallón y mucho dinero cash cuando su casa fue allanada.

Efedrina, cocaína, Los Monos, espías, policías cómplices y honestos.

Veinte años de actuación de una banda de marginales multimillonarios en Rosario, Los Monos, todo se fue sucediendo sin que las autoridades políticas K actuaran al respecto.

En el 2017, dos periodistas, Germán de los Santos y Hernán Lascano, publicaron el libro “Los Monos, Historia de la familia narco que transformó a Rosario en un infierno”. Fue un texto revelador. Empieza con un cita que hoy sigue siendo actual, escrita por el novelista inglés, aunque nacido en la hoy Ucrania, Joseph Conrad, en su obra Lord Jim. Dice así: “… la silenciosa compañía de los muertos…”

Los tiros al negocio de los Messi quizás finalmente cambien una inercia irrefrenable de sangre derramada por disparos de narcos en las calles de Rosario. Demasiada.

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