Había más de 50 millones de toneladas de desechos que en su momento desataron un conflicto internacional.
Tras algo más de 5 años de trabajo, la empresa chilena Antofagasta Minerals terminó de remover las más de 50 millones de toneladas de desechos que había tirado en forma clandestina en la cordillera sanjuanina. Así, cumplió con la imposición que le puso la Justicia Federal Argentina y le puso fin a un escándalo que había comenzado hace más de una década y media.
El gobernador Sergio Uñac y el ministro de Minería, Carlos Astudillo, viajaron este martes a Calingasta para verificar el retiro de la gran escombrera que la minera chilena había depositado en la zona del emprendimiento Pachón, de este lado del límite internacional.
Antofagasta Minerals, a cargo de la minera trasandina Los Pelambres, tenía como fecha límite mayo de este año para remover los desechos. Es decir, lo hizo dos meses antes y, en principio, el conflicto está terminado.
La escombrera llevaba el nombre de Cerro Amarillo y era una mole de 150 hectáreas de 70 metros de alto compuesta por los desechos de Los Pelambres. La mitad había sido depositada ilegalmente en la cordillera sanjuanina y, entre otras cosas, tapaba siete lagunas que ahora quedaron liberadas.
El escándalo se estima que comenzó cuando la empresa chilena empezó a formar el botadero. Recién en 2012 el tema salió a la luz y después de algunos intentos por solucionarlo por vía diplomática, el Gobierno sanjuanino demandó a Antofagasta Minerals en la Justicia Federal. En 2015, la compañía fue intimada a sacar los escombros y recién empezó a hacerlo tres años después.
Las autoridades sanjuaninas harán ahora un control del estado ambiental en la zona donde estuvo todos estos años la escombrera. En el Gobierno estiman que el trabajo de remediación se hizo a tiempo como para prevenir daños irreparables, pero la certeza la darán los estudios.