Reclamos cruzados por los acuerdos en función de la disputa nacional. Una interna que no afloja.
La disputa en la Ciudad y la disyuntiva entre competencia o candidato único en la provincia de Buenos Aires acaparaban las tensiones en el PRO, aunque en la previa a la cumbre de este lunes también crecían los pases de factura entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por los resultados en las provincias. Para Juntos por el Cambio no hubo casi nada para celebrar en las elecciones de este domingo.
Los reproches cruzados por los armados fallidos, en este caso por Salta y Tierra del Fuego, se trasladaron a la puja central por la precandidatura presidencial del PRO. El jefe de Gobierno porteño recela de los acuerdos de su rival con los radicales, mientras que la ex ministra de Seguridad replica que su adversario pone en marcha una estrategia inclinada al “panperonismo”.
Entrada la noche de este domingo, los principales referentes de la coalición opositora apenas podían festejar que Susana Laciar -del partido Producción y Trabajo- le arrebató la intendencia de capital de San Juan. La Pampa quedaba a salvo de los cuestionamientos con el segundo puesto del radical Martín Berhongaray, con 42 puntos y a cinco de Sergio Ziliotto. El resto confirmaba los enconos entre los dos sectores en pugna.
Desde el larretismo le adjudicaron a Bullrich, a partir de la intervención del PRO en Salta, las decisiones de la estrategia electoral en esa provincia. El radical Miguel Nanni salió segundo, con el 17%, a 30 puntos del reelecto Gustavo Sáenz. La candidata a vice fue Virginia Cornejo, alineada con Bullrich, y en particular provocó discusión el acuerdo con Matías Posadas, ex funcionario oficialista, como candidato a intendente de Salta.
“Nanni sacó 21 puntos en la capital y Posadas 12. Si hubiéramos llevado un candidato del PRO, con el perfil nuestro, hubiéramos pasado los 20 puntos en la elección provincial. Fue una mala decisión, un error de Patricia que se obstinó con eso”, apuntó un funcionario larretista que había estado encima de las negociaciones en la provincia.
“Intervinimos el partido para que Horacio no pudiera dividirlo. Su estrategia era apostar a Bettina Romero. No fue un buen resultado, pero intentamos mantener la unidad y salimos segundos. Más ordenados nos hubiera ido mejor”, contrapusieron del lado de Bullrich.
En Tierra del Fuego los pases de factura no resultaron menores. Gustavo Melella se impuso en primera vuelta, con el 51%. Con apoyo de Rodríguez Larreta, Héctor Stefani -del PRO- sacó 11%. Con el aval de Bullrich, el radical Pablo Blanco -Juntos por el Cambio- quedó cuarto con el 5%, detrás de la pastora evangelista Laura Almirón. El 21% votó en blanco.
“Patricia y María Eugenia (Vidal) viajaron a apoyar a Blanco y a Frigerio (Federico, del PRO), que salieron cuartos. Si hubiéramos ido todos juntos con Stefani, pasábamos los 20 puntos y si bajaba un poco Melella había balotaje. Son todas decisiones erradas de ella, lamentable”, volvieron a cuestionar a Bullrich desde el larretismo.
“En Tierra del Fuego rompieron el espacio, como en Mendoza y como Javier Pretto en Córdoba. Pretto era el presidente del partido, se fue con (Juan) Schiaretti y dice que van a trabajar para que Larreta sea presidente. Uno es un caso, dos en coincidencia, tres es un patrón”, señalaron los bullrichistas al jefe de Gobierno porteño.
En plena pulseada por la precandidatura presidencial, desde ambos sectores le dieron a los movimientos de su rival una lectura en función de esa interna. Para Rodríguez Larreta, Bullrich apoya a radicales como Nanni en Salta y Blanco en Tierra del Fuego como parte de un acuerdo con el propósito de tener de su lado parte de la estructura de la UCR en las primarias de agosto.
A su vez, la ex ministra de Seguridad toma los casos de Romero en Salta y Pretto -será candidato a viceintendente de Córdoba- para adjudicarle al alcalde porteño un acercamiento con el “panperonismo”, y para reforzar la hipótesis aludieron a la incorporación de Martín Redrado.
“Patricia dinamita espacios provinciales por futurologías inciertas en lo nacional”, dicen de un lado. “Horacio se quedó sin electorado y ahora quiere ser el candidato del peronismo moderado”, disparan del otro. La cuestión se discutió en la reunión en el departamento de Vidal, sin que acercaran posiciones. A su vez, en algunas provincias atribuyeron las divisiones a disputas para dirimir los liderazgos de cara a la discusión por las listas a legisladores nacionales.
En las elecciones anteriores, a Juntos por el Cambio tampoco le había ido bien en Río Negro, La Rioja y Misiones. Había festejado en Neuquén y en Jujuy, y también hubo cruces. En Neuquén por quiénes habían respaldado en la previa a Rolando Figueroa y en Jujuy por los dichos de Mauricio Macri sobre los sistemas feudales. Después aclaró que se refería a La Rioja.
