El dinero es para financiar tecnologías para pequeños y medianos productores vitícolas, priorizando la mejora de la eficiencia del uso de recursos hídricos.
El Gobierno aprobó el Modelo de Contrato de Préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$ 40 millones destinado a financiar parcialmente el Programa de Apoyo para Pequeños Productores Vitivinícolas de Argentina II (Proviar II), a través del decreto 108/2023 publicado este lunes en el Boletín Oficial.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anticipó el último sábado que estaría publicado el decreto que habilita la línea crediticia por US$ 50 millones en el marco del Proviar II.
El manejo de los fondos no será como el Proviar I que estuvo integramente en manos de la Coviar, ahora estará involucrado el INTA y el INV.
El decreto destaca que “el objetivo general del Programa es contribuir a la sustentabilidad social, económica y ambiental de la vitivinicultura argentina”.
PROVIAR II
El Programa de Apoyo para Pequeños Productores Vitivinícolas de Argentina II (Proviar II) dará apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por jóvenes y mujeres, con asistencia técnica, infraestructura y capacidad operativa para el fortalecimiento del arraigo rural.
Por su parte, los objetivos específicos del mismo son incrementar la adopción de tecnologías de los pequeños y medianos productores vitícolas, priorizando la mejora de la eficiencia del uso de recursos hídricos.
También incrementar la capacidad de comercialización de pequeños y medianos establecimientos vitivinícolas; y fomentar la participación de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en la cadena vitivinícola, lideradas por jóvenes y mujeres.
El Programa se desarrollará a través de la innovación tecnológica y organizacional para la producción vitícola, que incluye asistencia técnica y capacitación para pequeños, pequeñas, medianos y medianas productoras y productores vitícolas, además de infraestructura y capacidad operativa.
Además comprende un apoyo para la comercialización de pequeños y medianos establecimientos vitivinícolas, con asistencia técnica, infraestructura y capacidad operativa para grupos asociativos de comercialización.