Una encuesta entre profesionales de Recursos Humanos y trabajadores indica que la medida podría aumentar la inestabilidad laboral.
El año próximo, la situación del empleo tiene altas probabilidades de verse deteriorada, básicamente por la irreversible devaluación del peso que suele corroer el poder de compra de la población. Pero ¿qué pasaría en el mercado laboral en un escenario de dolarización?
Una encuesta del portal Bumeran sondeó entre especialistas de Recursos Humanos y personas trabajadoras, cuál era su visión al respecto. El 67% cree que el cambio de moneda en la economía generará un impacto negativo en el mercado laboral.
Del estudio, participaron en la Argentina, 2668 encuestados. El 33% de los especialistas señaló que reestructuraría los equipos para reducir costos en un escenario de dolarización y el 49% consideró que podría aumentar la inestabilidad laboral.
Sólo el 8% de los especialistas consideró el cambio como positivo, el 23% ni positivo ni negativo y el 68% negativo. Básicamente porque los entrevistados consideran que el proceso traería entre las consecuencias negativas: incertidumbre económica (en un 87%), pérdida de valor de los salarios (para un 60%); congelamiento de la búsqueda de nuevos talentos, en un 43%, baja del empleo formal en un 41%, y desmotivación por descontento con la actualidad de las personas trabajadoras en un 40%.
La incertidumbre económica y la inflación fueron identificadas por los profesionales del sector, (76% y 75% respectivamente), como las preocupaciones o problemáticas primordiales que atraviesan a las organizaciones en este contexto. Además, el 43% destacó la dificultad para alcanzar las demandas salariales con el presupuesto actual,.
Desde un punto de vista más macro, el impacto de la dolarización en el empleo amerita varias consideraciones, explica el economista de Analytica Ricardo Delgado. Pero “todo indica que una dolarización impactará en el empleo claramente. Su magnitud dependerá, en primer lugar, del nivel de tipo de cambio en el que se hace la conversión de la moneda, advierte.
Pero además, “la dolarización como modelo nos ata a la productividad de la economia norteamericana. Esto es complejo, salvo en sectores exportadores o primarios, como el agropecuario, la minería o los recursos energéticos pero el resto de los sectores productivos va a tener problemas de competitividad que, obviamente, impactará severamente en el empleo”, señaló.
“Otro punto es que la rigidez de la medida no amortigua ningun impacto de algún posible shock externo. Es decir, cualquier recesión internacional impacta de lleno en la economía local”, advierte el economista.