21 de noviembre de 2024

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Desabastecimiento de combustibles: la peor crisis de los últimos 13 años

Desabastecimiento de combustibles: la peor crisis de los últimos 13 años
Desabastecimiento de combustibles precios de las naftas.

A fines de 2010, faltó nafta durante 3 semanas y hubo largas colas en las estaciones de servicio. El año pasado, la escasez de gasoil complicó la cosecha. Cepo a los precios y a las importaciones, en la mira de los especialistas.

“Continúan las largas colas en las estaciones de servicio y hay dudas por la normalización del abastecimiento de naftas”. La frase parece describir la actual crisis de los combustibles, pero remite a un hecho ocurrido en diciembre de 2010. En ese momento, la escasez de nafta se extendió durante casi 3 semanas y se agravó particularmente durante los festejos de las Fiestas de aquel año.

Las cuatro compañías que lideraban el mercado en ese entonces (Repsol-YPF, Shell, Esso y Petrobras) argumentaron que un paro de petroleros en Santa Cruz y Chubut durante 15 días dejó sin crudo a las refinerías, sumado a la alta demanda de los últimos días del año. Todo entremezclado con algunas críticas por la política oficial de “fijar precios bajos”.

Hay un antecedente más cercano, pero tiene que ver con el gasoil. A mediados del año pasado hubo graves problemas de abastecimiento a raíz de la guerra en Ucrania (el 30% del consumo es importado), que complicó principalmente a varias regiones agrícolas, entre ellas Buenos Aires, La Pampa, Misiones y Corrientes.

Por lo cual, esta es la crisis “naftera” más grave de los últimos 13 años. Con la actual, hay varias similitudes y diferentes protagonistas. Por caso, YPF era controlada por la española Repsol, Esso hoy lleva el escudo de Axion y la brasileña Petrobras dejó el país. Cristina Kirchner encaraba el último año de su primer mandato y Guillermo Moreno era el secretario de Comercio. Las reservas del Banco Central caían, pero todavía no había cepo cambiario ni a las importaciones.

Lo que sí fue calcado fue el pico de demanda generado por el temor de los automovilistas de quedarse sin combustible en el Año Nuevo. Y también las suspicacias sobre la eventual retención de stock por parte de las compañías, que reclamaban una recomposición de precios en el surtidor. El entonces presidente de Shell y ex titular de Energía durante el macrismo, Juan José Aranguren, atribuyó la escasez al paro gremial y también a los “precios bajos”.

“Esto es un problema estructural. Ahora hay escasez de nafta y el año pasado, la falta de gasoil en 2022 complicó la cosecha”, recuerda Gerardo Rabinovich, del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”.

El especialista señala que confluyen varios factores en el estrangulamiento del abastecimiento. “El principal -remarca- son las importaciones, pero también hay otros desequilibrios sumados, como el pico de demanda y las refinerías paradas por mantenimiento, que requieren una muy buena coordinación. Yo no lo reduciría al tema precios, porque YPF aporta el 60% del consumo local”.

El economista Nicolás Gadano coincide en que hay múltiples razones que detonaron la crisis. “La capacidad de refinación de nafta en el país alcanza para abastecer el mercado interno, salvo por las paradas de plantas”, dice. Añade, eso sí, que existen presiones de algunas petroleras para aumentar los precios, “lo que desplazó parte del mercado a YPF, que en algún momento no dio más abasto”.

La composición del mercado en 2010 era distinta. Las 4 grandes dueños de las mayores redes de estaciones de servicio en aquel momento tenían una situación diferente. Dos de ellas, Repsol-YPF y la brasileña Petrobras eran compañías integradas, tal como se llaman a las que extraen, refinan y venden combustibles en sus propios puntos de venta. Las otras dos, Shell y Esso, compran el petróleo y lo procesan para vender el combustible.

En el Rodrigazo de 1975 también hubo desabastecimiento generalizado, como consecuencia de una brusca devaluación. Con una inflación interanual de 183% al finalizar ese año, faltaron combustibles y otros insumos para el transporte.

“Los faltantes de naftas es un problema que no se veía desde hace mucho tiempo. En gran medida, se produjo también por la desesperación de la gente por llenar el tanque”, señala Rabinovich, en alusión al fin de semana previo a las elecciones del 22 de octubre.

Carlos Gold, directivo de la CECHA (la cámara de los estacioneros), agrega que los faltantes también obedecen también a los cupos de abastecimiento que dispusieron las petroleras a mediados del mes pasado por la escasez de dólares. “Al no poder importar, desde setiembre se racionaron las entregas y eso venía produciendo quiebres en algunos puntos”, explicó.

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