La tasa de política monetaria es la que paga por las Leliqs y la que deben pagar los bancos por los depósitos a plazos fijos.
En la primera reacción oficial tras la aceleración de la inflación, el Banco Central decidió endurecer la política monetaria para tratar de contribuir al enfriamiento de precios y subió la tasa de referencia al 78% anual. Hasta hoy esa tasa estaba en el 75%. El mercado esperaba un aumento de 5 puntos porcentuales, pero el BCRA optó por un endurecimiento más suave.
Esa tasa nominal anual, equivalente a una tasa efectiva mensual del 6,5% y del 113% anual, es la que el BCRA les pagará a los bancos que compran Letras de Liquidez, y también la que percibirán a partir de ahora los depósitos a plazo fijo.
La suba de tasas obedece a que el Gobierno se comprometió con el Fondo Monetario Internacional a mantener “tasas positivas”, es decir que le ganen a la inflación. La tasa positiva atrae pesos a los bancos para que busquen un rendimiento en pesos en lugar de irse al mercado cambiario.
La suba de las tasas obedece a que por el último dato de inflación conocido el martes (6,6% fue la inflación de febrero), las tasas de política monetaria habían quedado debajo de la inflación.
No sería raro que el BCRA vuelva a subir las tasas cuando se conozca el IPC de Marzo, que apunta a ser igual o incluso superior al de febrero. De hecho las proyecciones del sector privado señalan que el 2023 podría concluir tranquilamente con una inflación anual superior al 115%.
Lo hacen las empresas y también los individuos. Si el Banco Central logra su cometido, debería neutralizar la presión alcista sobre los dólares alternativos (blue, contado con liqui, MEP) y así quitarle intensidad a la presión que el dólar hace sobre los precios.
Como contrapartida, al pagar más por las Leliq el BCRA termina emitiendo más pesos, aunque luego los vuelve a esterilizar mediante la emisión de Leliqs.