Es por el impacto del salto del dólar en los costos de la energía. Buscan contener los precios de alimentos con Precios Justos.
Después de la devaluación, el Gobierno comenzó a evaluar un nuevo ajuste en tarifas y naftas para este año. El objetivo es compensar el impacto del salto del 21% en el dólar oficial dispuesto este lunes sobre los costos de la energía y evitar un incremento en los subsidios a las tarifas que complique el compromiso alcanzado con el Fondo Monetario para reducirlos.
“Las tarifas han tenido sus ajustes, ahora habrá que analizar el impacto del costo monómico de la energía producto de la devaluación simplemente para que no se desfajasen nuevamente los subsidios”, señalaron fuentes del Ministerio de Economía, dando a entender que habría un nuevo incremento en los precios que pagan hogares y empresas por la energía.
En los últimos 12 meses, las tarifas de luz subieron hasta un 500% en el AMBA y las de gas hasta 170% por la quita de subsidios. Las última suba, la quinta en lo que va del año, fue en agosto y generó reclamos de usuarios. Esto le permitió en el primer semestre del año reducir las transferencias al sector energético a US$ 6.576 millones, después de acumular US$ 12.000 millones en todo 2022.
Pero la suba del dólar volverá a impactar en subsidios. “El 90% del costo de generación eléctrico es en dólares”, señala Julián Rojo, del Instituto Argentino de Energía General Mosconi. “El costo baja en primavera por la menor demanda y debería bajar la tarifa, no debería haber un cambio tan grande. Hacia delante, sí”, afirmó Nicolás Arceo, director de Economía y Energía.
En cuanto a las naftas, habrá negociaciones con las empresas. A fines de julio, las petroleras aplicaron una suba del 4,5%, a la que YPF se plegó, adelantándose a las elecciones primarias. El ajuste de combustibles se discutirá dentro de Precios Justos, el programa de precios regulados que este martes será renegociado con las empresas y en el que se esperan cambios.
En Economía argumentan que decidieron devaluar este lunes por las “circunstancias políticas” tras la derrota electoral del domingo y la incertidumbre financiera, que en la apertura de hoy hizo caer los bonos hasta un 15%. “Fue la manera de poder enfrentarlo de manera más proactiva”, señalan fuentes oficiales.
Los funcionarios creen que el traslado a precios será menor que en las devaluaciones del 2018 y 2019, si la brecha cambiaria no se descontrola. Este lunes, bajó al 76% desde el 107% de la semana pasada. No obstante, reconocen que la inflación podría llegar a dos dígitos. “No es descabellado”, aseguraron. Las consultoras esperan una suba de hasta el 13% en agosto.
Frente a las remarcaciones iniciadas el fin de semana, el equipo de Sergio Massa apuesta a contener las subas en consumo masivo. Para ello, preparan “beneficios” en los acuerdos de precios, como el diferimiento de algunos anticipos impositivos. También, castigos, como las restricciones para acceder al nuevo dólar oficial de $ 350 para importar insumos.
El nuevo sendero supone un nivel superior a la pauta del 5% establecida hasta ahora para todos los productos y del 3,8% para la canasta de 2.000 artículos. El esquema contempla también paritarias “libres”, aunque en Economía ratificaron que el acuerdo con el FMI implica contener subas salariales del sector público para que “no haya un descontrol”.
Por último, será clave el desembolso del Fondo que aprobará el miércoles 23. El staff del organismo acordó liberar US$ 7.500 millones, a cambio de una devaluación, mayor ajuste del déficit fiscal y tarifas. Ahora, Massa busca un giro adicional. “Estamos negociando que se puedan aumentar los desembolsos”, señalaron.