Etapa por etapa, cuál es el porcentaje del sueldo que conviene guardar y cómo invertir.
Muchos empleados con ingresos fijos saben qué porcentaje del sueldo podrían destinar al ahorro, lo que resulta un dato clave para organizar las finanzas y controlar los gastos de más. Pero es necesario tener en cuenta que con el paso de los años, al igual que con la vida, el salario de cada persona va cambiando, lo que hace que el dinero guardado no sea siempre el mismo y varíe según la edad.
Es por esta razón que tener una idea orientativa sobre el dinero que deberíamos tener reservado según la etapa de la vida ayudará a la hora de empezar a tomar decisiones de cara al futuro. No obstante, se trata de un porcentaje relativo que cada uno adaptará a la situación personal en la que se encuentre.
Existen diversos tips y métodos para ahorrar a lo largo de los años y algunas de estas prácticas cambian de acuerdo a la etapa en la que se esté atravesando, ya que no es lo mismo ahorrar a los 20 que a los 60 años.
Para conocer en detalle qué método de ahorro elegir según la edad, estos son algunos consejos divididos en cuatro segmentos: a los 20, 30, 50 y 60 años.
¿Cómo ahorrar entre los 20 y los 30?
Ingresar a la vida adulta implica muchos desafíos, como por ejemplo interiorizarse en qué invertir y cómo ahorrar. Sobre estos conceptos, es fundamental conocer su diferencia ya que son decisiones económicas muy importantes.
. Ahorro: Se trata de un monto que se reserva para disponer en un futuro. Es decir, el ahorrista resigna gastar ese dinero en el presente para contar con él más adelante.
. Inversión: También implica no gastar ese monto en el presente, pero se destina a una herramienta financiera que aportará una ganancia extra a futuro.
“En esta década, es usual que una parte de los ingresos laborales se destinen al pago de los estudios y también al entretenimiento. Sin embargo, es fundamental comenzar a incorporar el hábito del ahorro, ya que conduce a la independencia financiera”, explica Fátima Maidana, Gerente Comercial de Adelantos.com, una compañía de tecnología enfocada en préstamos personales.
La gran ventaja es que a esa edad no se suele tener grandes responsabilidades económicas, por lo que es posible ahorrar un porcentaje del sueldo. Los expertos recomiendan, cuando el salario de los jóvenes es bajo, establecer un meta de ahorro entre un 5% y 10%.
¿Cómo ahorrar entre los 30 y los 50?
A partir de los 30 años, por lo general, se empieza a avanzar en el mercado laboral y se gana en independencia. Ya se tiene una mayor experiencia profesional, por lo que los sueldos suelen ser un poco más elevados.
Son años en los que se plantean objetivos más ambiciosos y en los que se pueden tomar algunas decisiones trascendentales para la economía particular, como la compra de una vivienda o formar una familia. Aquí el objetivo de ahorro podría subir en torno al 15% del total del sueldo.
Si bien parecerá prematuro, será importante también empezar a pensar en la jubilación, aportando a un producto financiero de ahorro para el futuro, luego será más fácil ir aumentando las cantidades según se vaya acercando el momento del retiro. Cuanto antes se planifique la jubilación, mejores serán los años post-60.
Al llegar a los 40 años, en líneas generales es el momento de la vida en el que se mejora económicamente y se consigue mayor estabilidad.
Según detalla Maidana, aunque los gastos continúan, es probable que se pueda reservar entre un 20% o un 25% del total del sueldo. En esta década, ahorrar para la jubilación ya debería ser una meta prioritaria.
¿Cómo ahorrar entre los 50 y los 60?
Con los años de la jubilación asomando, es preciso continuar con la estrategia de invertir y ahorrar. Seguramente haya menos gastos fijos y se logre una mejor estabilidad económica.
Con esta libertad financiera, se aconseja durante estos años, en lo posible y según la situación particular de cada uno, llevar el 30% de los ingresos mensuales a la suma destinada para el ahorro.
¿Cómo ahorrar después de los 60?
Ya no queda margen para guardar con miras al retiro. Es el momento de obtener los frutos de lo que se haya ahorrado a lo largo de la vida laboral. En esta década y en las siguientes, conviene ser más conservador en cuanto a inversiones y no jugarse los ahorros en operaciones arriesgadas. La opción más adecuada podría ser un fondo monetario o de renta fija combinado con fondos mixtos de renta fija.
En definitiva, la vida estará llena de cambios e imprevistos, pero más allá de los factores externos, solo habrá una forma de disfrutar de cada etapa con estabilidad económica: mediante el hábito del ahorro y planificando bien las finanzas.
¿Cómo invertir según cada etapa de la vida?
Habrá quienes se animen a dar un paso más y en lugar de solo ahorrar, estén dispuestos también a invertir para hacer más rentable su dinero resguardado. En este caso, las distintas etapas en el ciclo de vida de un inversor también serán determinantes y estarán ligadas a necesidades, ingresos y capacidad de ahorro de cada una.
Entonces se deberá elegir el producto financiero que mejor se adecúe a esas condiciones y no al revés. Un joven contará con menos ingresos que un adulto, pero podrá tomar más riesgo para obtener mayores beneficios en el largo plazo.
Primeros pasos bursátiles: entre los 20 y 30 años. Los más jóvenes tienen mucha más capacidad de asumir riesgo por la posibilidad que le da su horizonte temporal y su bajo nivel de responsabilidades. Eso le genera una alta capacidad de ahorro y la posibilidad de hacerlo al largo plazo. Es por esto que sus portafolios deberían estar más orientados a la renta variable que a la renta fija.
Un perfil con estas características debería estar un 80% en renta variable y 20% en renta fija, lo que sería un perfil agresivo.
Estabilidad en la inversión: entre 35 y 45 años. Cuando se pasa la barrera de los 30 años se incrementa la posición en renta fija buscando más tranquilidad en la inversión. Es la etapa donde se incrementan los gastos fijos. La capacidad de ahorro baja considerablemente, el tiempo del que disponemos con proyección hacia el futuro ya no es el mismo por eso se recomienda tener un portafolio de inversión bien diversificada.
Es un perfil moderado que debería tener un 60% en renta variable y 40% en renta fija.
Inversión pura: de los 45 a los 55 años. A esta edad se dan generalmente los incrementos de la masa salarial y bajan los gastos. Las necesidades básicas cubiertas nos permiten dedicar la inversión pura.
Anticiparse al retiro: de los 55 a los 65 años. Se achican los gastos fijos y familiares. Ya no tenemos la responsabilidad de los hijos. Los gastos vuelven a ser básicos y en muchos casos sólo de parejas. La etapa en la cual deberíamos empezar a planificar los retiros y pensar en la jubilación.
Debería armar una cartera ultraconservadora, 80% en renta fija y 20% en renta variable.