Las arcas del Banco Central se encuentran en terreno negativo desde hace meses y los economistas no creen que se pueda revertir la tendencia, pese a lo acordado con el FMI. Las importaciones seguirán sufriendo.
Los pagos al FMI, el financiamiento a las importaciones y la intervención en el dólar MEP se unieron en los últimos meses para dar un golpe tras otro a las reservas del Banco Central (BCRA). En términos brutos, se encuentran en mínimos y la última semana amagaron con perforar los U$S 24.000 millones.
Pero eso no es todo: los privados ya estiman que las reservas netas, es decir, los dólares de rápida disponibilidad, son negativas por US$10.000 millones. Los datos surgen del balance del BCRA a julio, donde se observó el deterioro patrimonial de la entidad.
“A todas luces, la presión sobre las reservas está al máximo, con las netas alcanzando los -US$10.000 millones. Los cartuchos para intervenir se están agotando, y el mercado se pone nervioso: el contado con liquidación saltó 6% en la última semana”, puntualizó Consultatio.
Desde Equilibra coincidieron en esa estimación, pero resaltaron que en las próximas semanas se podría sumar a las reservas netas a una parte de los US$7500 millones en derechos especiales de giro (Deg) que enviará el FMI antes de fin de agosto. Según la consultora, como máximo, se podrían contabilizar US$4300 millones del total en las reservas netas.
El dólar agro trajo alivio, pero no alcanzará
Hace ya dos semanas que el Gobierno relanzó el “dólar agro”, con una mejora del tipo de cambio de $340 y la inclusión del maíz por primera vez -que repercutió en el precio de la carne-. Esta versión estará vigente hasta fin de agosto y el cálculo oficial apuntaba a que se liquidaran US$2000 millones.
“Los resultados vienen siendo mejor a lo esperado, incluso por el propio Gobierno”, reconoció Consultatio. La liquidación acumulada ya suma US$1613 millones y alcanza al 80% de la meta inicial.
A la vez, el BCRA volvió a comprar divisas: acumula más de US$1270 millones desde la puesta en marcha de la normativa. Sin embargo, la casa de Bolsa dijo que ese cambio de tendencia no alcanzará “para dar vuelta el partido”.
Las importaciones, la variable de ajuste
El reciente acuerdo con el FMI pide a la Argentina que acumule reservas netas por US$1000 millones este año. Si bien se flexibilizó el objetivo inicial, que era de US$8000 millones, todavía parece muy desafiante para la situación actual, atravesada por la sequía y por un Gobierno que hace equilibrio para mantener la producción local basada en importaciones.
“Incluso asumiendo que el nuevo dólar agro continúa a este ritmo, y con una nueva edición orientada a la soja que el mercado ya descuenta, los flujos no alcanzan para que las reservas netas vuelvan a terreno positivo. Ya estando en zona desconocida, el 2023 cerraría con una caída de reservas netas de US$18.190 millones, lo que implica terminar el año electoral en un nivel cercano a los US$7300 millones negativos, incluso por debajo del mínimo histórico registrado en la transición presidencial de 2015″, apuntó Consultatio.
Por su parte, Equilibra consideró que las importaciones serán la variables de ajuste que usará el Gobierno para mostrar la voluntad de acercarse a la meta fijada por el FMI, aunque no la alcance. Lo mismo opinó Consultatio, que además prevé una aceleración en la devaluación del tipo de cambio oficial.
“Esperamos que haya una contracción de las importaciones de 14% interanual en el lapso agosto-diciembre compatible con una caída de la actividad del 3% interanual en dicho período”, proyectó Equilibra. En las últimas semanas, de hecho, las empresas ya denunciaron mayores trabas para importar.
“Daría como resultado unas reservas netas en terreno negativo por US$7000 millones a fin de 2023. Esto implicaría una leve mejoría respecto al cierre de julio, pero lejos del target acordado. Todavía no conocemos la letra chica del staff level agreement, pero la meta de reservas habría nacido, una vez más, trunca”, finalizó la consultora.