De acuerdo a un instituto dirigido por el ex ministro Nicolás Trotta. Alivio en alimentos y fuertes subas en los gastos en viviendas impulsados por las tarifas.
La inflación de los trabajadores en mayo fue de 9,1% y la interanual superó el 115%, de acuerdo al relevamiento del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).
A pocos días de conocerse la inflación de mayo, el CCD dirigido por el ex ministro de Educación Nicolás Trotta, arriesgó que “la inflación alcanzó el 42% en los primeros cinco meses del año, cifra que anualizada se transforma en un 132%”.
En su visión, “el aumento de este mes se debe a una suba importante en los precios regulados por el Gobierno, particularmente en servicios públicos. Eso nos lleva a pensar que se pueden tomar medidas para compensar”, resaltó Trotta. El informe de este mes también presta atención a los monotributistas de alta calificación, segmento viene ganando participación en el total de los asalariados no registrados: pasaron del 8% al 14% del total de este universo entre 2016 y 2022.
De acuerdo con el último informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), “la inflación para los trabajadores se ubicó en el 9,1% en mayo, acelerándose en 1,1 puntos porcentuales respecto a los registros de abril”. Advierten que “este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad”.
El informe detalla que la inflación de mayo estuvo motorizada nuevamente por Vivienda (+23%), impulsada por subas del 54% en electricidad y del 27% en gas producto de la baja de subsidios implementada por el gobierno nacional. A ello se suman los alquileres, que subieron 8,4%.
Los especialistas destacan que “el resto de los capítulos subió por debajo del nivel general, aunque todos subieron por encima del 6%, algo que no se evidenciaba desde febrero de 1991, previo al Plan de Convertibilidad. Los alimentos y bebidas se desaceleraron y anotaron un 6,8%”.
Para el coordinador del IET, Fabián Amico, no crecieron los precios de los alimentos y lo atribuye a que hubo una caída de los precios internacionales de los alimentos y al caer esos valores se provoca un efecto deflacionario sobre los precios internos, en términos relativos, lo que significa que los precios crecen menos. A su vez, el tipo de cambio mayorista que es el que traduce los precios internacionales hacia el mercado doméstico, estuvo relativamente estancado. Por lo tanto, estos dos factores hicieron que desacelerara la inflación de alimentos en mercado interno”.