Desde hoy tributarán 16% más. Afecta sobre todo a las marcas internacionales como Lenovo, Dell y HP. Prevén un traslado a precios por la medida.
En una decisión que tomó por sorpresa a las tecnológicas internacionales, como Lenovo, HP y Dell, el Gobierno duplicó el arancel a la importación de computadoras portátiles y algunas tabletas, que pasarán a tributar 16% más desde hoy. Desde 2017 que no lo hacían. El decreto, publicado este martes en el Boletín Oficial, indica que la medida tiene “el propósito de fortalecer al sector industrial en cuestión”, en clara alusión a los principales fabricantes locales de esos dispositivos, entre ellos Newsan, Mirgor, Exo, PC Arts (dueña de Banghó) y Positivo BGH.
Las marcas globales, históricamente, concentran el 80% del mercado de computadoras, que ahora tendrán un nuevo recargo en el precio por el alza de los aranceles. “Esto se venía hablando desde hace tiempo, pero nunca se había concretado”, confió un ejecutivo del sector. Añadió que el mayor costo de ingresar laptops al país “tendrá un traslado a precios”, pero aclaró que la mayor preocupación de toda la industria son las trabas a las importaciones. “La aprobación de las SIRA viene muy lenta”, graficó.
En principio, la suba de aranceles afecta a gran parte de las notebooks que se ofrecen en la actualidad (entre el 90 y 100%, según estimaciones provisorias) y a las tablets de 7 pulgadas para arriba, que son consideradas de gama media y alta. En el sector sacaban cuentas acerca del impacto en los costos y qué porcentaje de la suba de aranceles se trasladará a los consumidores.
En los considerandos del decreto se indica que “por su impacto económico y social, el desarrollo y promoción de una industria nacional productora de equipamientos informáticos portátiles resulta una prioridad en las políticas desarrolladas por el Gobierno Nacional”. Hasta ahora, las laptops estaban exentas del pago de aranceles ya que se las considera una herramienta de trabajo o de educación.
En la industria tecnológica (integrada por fabricantes locales asociadas a marcas globales) evaluaban el impacto de la suba de aranceles, que hasta ahora no existían. Ocurre que el decreto apunta únicamente a las notebooks terminadas, que en su mayoría son de la china Lenovo y las norteamericanas Hewlett Packard y Dell. De ese universo, las que pesan más de 3,5 kilos tributarán 8%, pero en el sector aclaran que la inmensa mayoría están muy por debajo de ese peso. Por lo cual consideran que la suba real efectiva es del 16%.
La medida no abarca al resto de los modelos de computadoras que se ofrecen en el país. PC de escritorio, All in One, servidores y componentes para ensamblar notebooks continuarán ingresando con arancel 0, tal como lo estableció el gobierno de Mauricio Macri.
El año pasado, según datos de la consultora IDC, se importaron 1,5 millones de notebooks, que representan el 53% del mercado informático. Las restantes, en su mayoría, fueron PC de escritorio. Dentro de ese universo, las marcas internacionales concentran el 79% del mercado. El 21% restante son marcas locales, como las mencionadas más arriba.
La suba de importaciones fue adelantada a fines de 2022 por el propio ministro de Economía, Sergio Massa. Lo hizo en la localidad de Garín, en el acto de inauguración de la nueva planta de Mirgor, donde la compañía, aliada histórica de Samsung, fabrica tablets para la marca coreana. “Veníamos de una norma de un gobierno que no creía en la industria nacional y que castigaba la importación de las partes para producir y agregar valor”, dijo Massa.
En este nuevo escenario, el grupo fueguino analiza sumar nuevas líneas de producción de laptops y tablets para otras marcas, según confió una fuente calificada de la empresa. Ese entusiasmo es relativizado por otros fabricantes locales.
Luis Szychovski, fundador y CEO de Exo, señala que los mayores costos para importar, algo que beneficia a las multinacionales, “la diferencia de precios con las marcas nacionales por el alto costo argentino”. El empresario añadió que, de todos modos, la mayor preocupación de la industria es el reforzamiento del cepo a las importaciones, que demora o traba el ingreso de componentes para fabricar en el país.
