Hay mermas también en el stock de yerba y papel higiénico. Y hay limitaciones en la cantidad de artículos, incluso por fuera del programa Precios Justos.
Recorrer los supermercados con el changuito y ver huecos en los estantes ya se volvió rutinario. A dos semanas de la devaluación post PASO, que generó una suba de precios y la falta de stock de productos, se advierten faltantes conocidos pero también se sumaron la yerba y el papel higiénico, por la falta de reposición de los proveedores.
“Antes venía al mercado sin pensar mucho en lo que iba a comprar, ahora vengo con lo justo y con todo anotado. Con el aumento de todos los días intento llevar más de un producto para ganarle a la inflación, pero en algunas cosas no te podes stockear mucho porque no te dejan”, relató Elvira en un supermercado. Su testimonio es la realidad que se vive en muchos mercados grandes, donde los productos bajo el programa “Precios Justos” tienen un límite de tres unidades por persona.
En muchos negocios abundan productos que no son de primera necesidad, como la mayonesa o el flan en polvo. Pero al caminar unos pasos más hasta los estantes donde se ubican el azúcar o la yerba, la cantidad disponible desciende abruptamente.
“Lo único que se tiene que llevar por hasta tres unidades es lo que tiene el cartel de Precios Justos como aceite o lavandina, porque así lo dispuso el Gobierno. En cuanto a los precios, algunos subieron y otros bajaron, la gente ya no dice nada porque está resignada”, explicó un comerciante.
“Los faltantes se están dando en el azúcar y son los que están dentro del acuerdo de Precios Justos. Eso se debe a que los proveedores suelen mandar poco”, agregó.
En algunos negocios cada cliente puede llevar la cantidad que desee, pero si bien no tienen obstáculos en este sentido, allí tampoco podrán encontrar los productos más codiciados de la semana, y consumidos por muchísimos argentinos: la yerba y el azúcar.
“Acá no hay azúcar, tampoco tenemos mucho fideo. Yerba también es otro problema, no tenemos mucha y la poca que queda es la que sale más cara, y que no se vende mucho por eso. Nosotros también trabajamos con comida para mascotas y ahora nos está faltando la de gatos. Y lo que es limpieza del hogar los aromatizadores en barra no hay hace una semana”, repasó Adela.
El ritual de los clientes se repite en los pasillos del negocio: confiados agarran un producto, ven el precio, lo piensan, lo dejan, agarran otro, lo ponen en el changuito y caminan con cara de saber si eligieron bien. “Dios, todo está carísimo”, dijo entre risas y resignación una señora.
Daniel Romero, que atiende el sector de verdulería ya está entregado a la realidad. “Hay aumento como todos los días. A veces hacemos los pedidos pero no te lo mandan, porque suben los precios. Otros te dicen ‘Mira que viene con aumento, ¿lo vas a querer igual?’. Este fin de semana vendés a un precio y después vas a comprar el lunes y te asesinan. Este país está igual que siempre, nunca cambia. Estamos acostumbrados a vivir así”, manifestó.
Leonardo se encarga de reponer todos los días los productos. “Hay faltante de harina y la yerba que ves es solo la que está ahí”, dijo mientras señalaba una repisa con apenas 10 paquetes.
La lista de faltantes aumenta. “Ahora tenemos faltante de papel higiénico, rollos de cocina, snacks también, algunas marcas de detergente”, señaló el encargado.
Además, explicó que allí también los clientes “se pueden llevar solo tres unidades en ciertos productos como el aceite o el azúcar”, pero advirtió que “eso no se da sólo en los que están dentro del acuerdo de Precios Justos”.
“Cuando aumentó el dólar tuvimos que dar vuelta todo el supermercado. Lo único que quedó un poco estable fue lo del programa del Gobierno, pero tampoco hay tanto stock de eso”, dijo al terminar.