un grupo de diputados de Juntos por el Cambio presentó un proyecto de ley que busca avanzar en un tema ultrasensible
Algo similar se intentó durante el gobierno del radical Raúl Alfonsín y no llegó a buen puerto por distintos motivos.
Veremos si ahora alcanza la voluntad política para hacer realidad este proyecto que sin dudas toca un sector muy sensible.
A pocos meses de las elecciones presidenciales, un grupo de diputados de Juntos por el Cambio presentó un proyecto de ley que busca avanzar en un tema ultrasensible: democratizar la vida de los sindicatos.
“Las asociaciones sindicales se transformaron en empresas comerciales que muchas veces dejan de lado su objeto social. Necesitamos una Ley para devolver la alternancia y garantizar la transparencia. En este contexto económico adverso es vital el rol que cumplen los sindicatos”, precisa el diputado Martín Tetaz (Evolución Radical), autor de la iniciativa, en sus fundamentos.
El proyecto estipula que los dirigentes sindicales sólo se podrán reelegir un solo mandato y que se deberá esperar cuatro años para volver a presentarse como candidato a cualquier otro cargo.
“De esta manera se logrará que un mayor número de afiliados se involucre en la vida sindical beneficiando así su objeto social”, afirmó Tetaz en la presentación.
Por otra parte, se establece la representación de las minorías: “La dirección y administración serán ejercidas por un órgano compuesto por un mínimo de cinco (5) miembros, elegidos en forma que asegure la voluntad de la mayoría y de la minoría de los afiliados o delegados congresales que representen como mínimo el 25% de los votos emitidos” en elecciones a realizarse con antelación “no menor a 30 días” de terminarse los mandatos.
La Ley de Democracia Sindical que impulsan los diputados opositores se mete en otro tema también delicado: apunta a terminar con la limitación de posibilidad de cambio de las Obras Sociales. El texto de la ley propone que los afiliados puedan solicitar el cambio pasados los tres meses desde el inicio de la relación laboral por ser el plazo del período de prueba.
La iniciativa blanquea su inspiración en la “ley Mucci” que Raúl Alfonsín envió al Congreso tan solo días después de haber asumido la Presidencia, a fines de 1983. La apelación a ese hito de la primavera alfonsinista adquiere significado en el contexto presente, cuando se avizora que el peronismo en su versión kirchnerista -pero siempre apoyada por el poder sindical-, podría perder el gobierno en las presidenciales de este año.
“El entonces Presidente sabía que la alternancia sindical era un pilar fundamental para poder garantizar las transformaciones que la Argentina necesitaba. Desde entonces esa deuda sigue pendiente”, se afirma en la presentación de Tetaz, acompañada por las firmas de los diputados de JxC Sabrina Ajmechet, Fabio Quetglas, Carla Carrizo, Karina Bachey, Héctor Stefani, Gabriela Brouwer De Koning, Marcela Coli, Fernando Carbajal, Lidia Ascarate, Ingrid Jetter, Carlos Zapata, Margarita Stolbizer, Gabriela Lena y José Núñez.
El alfonsinismo y la “ley Mucci”
El 17 de diciembre de 1983 Alfonsín había enviado la “Ley de Reordenamiento Sindical”, que tomó el nombre de su ministro de Trabajo y autor, Antonio Paulino Mucci. Mucci era un sindicalista gráfico, de ideas socialistas, que había sido opositor a Perón. La iniciativa se metía a fondo con el poder sindical, que previsiblemente, la tomó como una afrenta. El proyecto llevó incluso a la reunificación de la CGT que se había partido en la dictadura. La “ley Mucci” tuvo media sanción en Diputados pero naufragó en el Senado, constituyendo la primera gran derrota política de Alfonsín. La CGT con Saúl Ubaldini a la cabeza se convertiría en el ariete opositor al gobierno radical, con unas 4.000 huelgas sectoriales y de empresas (el 67% de las cuales correspondientes al sector público) y los famosos 13 paros generales que terminaron por minar drásticamente la gobernabilidad.
Desde la oposición, surgen periódicamente proyectos vinculados con las asociaciones sindicales y el intento de democratizarlas y transparentarlas. El año pasado se presentó uno de la diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade acompañada por su bloque, como así también por Tetaz y otros diputados de la UCR y el PRO.
Refiere a la rendición de cuentas y composición de los gremios. Estipula la intervención de la Sindicatura General de la Nación a los fines de controlar la rendición de cuentas de los fondos sindicales. También prescribe que los mandatos de los miembros durarán cuatro años, pudiendo ser reelectos por un solo período consecutivo. Y para integrar una asociación sindical no se podrá tener procesamientos penales firmes, habrá que presentar declaración jurada patrimonial, y establece un cupo femenino del 30%.
Desde el peronismo hubo también iniciativas, pero nunca avanzaron. Hace unos años Facundo Moyano -que lideraba el gremio de Peajes- presentó su proyecto de democratización sindical. No se refirió a limitar mandatos -lo que pone los pelos de punta a los caciques sindicales que pasan décadas al frente de sus gremios- sino que apuntaba a modificar los estatutos de las organizaciones sindicales y a derogar los impedimentos que tienen los opositores a la hora de presentarse a elecciones. También propuso eliminar requisitos restrictivos para presentarse a determinados cargos.