El ministro de Economía mantuvo reuniones con funcionarios de Estados Unidos y de Alemania, luego de no haber viajado a India donde estaba la Reunión de Ministros de Finanzas y Bancos Centrales del G20. El organismo internacional confirmó el inicio de las negociaciones en Washington.
En medio de duras negociaciones con el staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la reformulación del acuerdo, el gobierno acentuó los contactos políticos para intentar quebrar la resistencia y conseguir los votos necesarios en el Directorio del organismo que active el salvataje financiero.
En tanto, el FMI confirmó el inicio de las conversaciones en Washington en el marco de la quinta revisión pendiente de aprobación.
“El equipo del FMI y una delegación argentina comenzaron las reuniones técnicas presenciales esta tarde en Washington, para avanzar en la quinta revisión del programa respaldado por el Fondo. Se espera que estas reuniones continúen durante los próximos días. Comunicaremos más detalles a su debido tiempo”, señaló una portavoz en respuesta a una consulta de este medio.
Con el objetivo de obtener respaldo internacional el ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo dos reuniones cruciales con funcionarios de los Estados Unidos y de Alemania durante en la mañana desde la mañana y vía zoom.
En horas de la mañana el jefe del Palacio de Hacienda dialogó con Jörg Kukies, secretario de Estado de la Cancillería Federal Alemania, y al mediodía tuvo una conexión con Mike Pyle, Asesor económico internacional del Consejo Nacional de Seguridad de EEUU.
Pyle es uno de los hombres de confianza del presidente estadounidense Joe Biden y mantiene un aceitado vínculo con Massa, a quien recibió en las últimas visitas que el ahora pre candidato a presidente realizó a Washington.
Según trasciende de fuentes que conocen la negociación, si bien existe un clima político favorable para apoyar a la Argentina hay países que mantienen objeciones como es el caso de Japón, lo cual estaría trabando la firma.
Cabe apuntar que, en el marco de la renegociación de la deuda con el Club de París, Argentina ya suscribió todos los convenios bilaterales necesarios con excepción justamente de Japón. Mantener vigente el programa con el FMI es condición sine qua non para que la reformulación con la entidad europea se mantenga en pie.
Massa recurrió a estos contactos tras haber desestimado su participación en la cumbre de Ministros de Finanzas y de Bancos Centrales del G20 que se está realizando en Gandhinagar, India.
El ministro había decidido la semana pasada no estar presente en ese encuentro en momentos en que las discusiones con el FMI se habían tensado al máximo.
La explicación oficial desde el Palacio de Hacienda da cuenta que Massa no viajó por “temas de gestión”. La decisión se torna de alto contenido político cuando tampoco se decidió enviar una representación del Banco Central y dejar vacíos los espacios correspondientes al gobierno argentino.
Con la negociación aparentemente mejor encausada y con la decisión de enviar una delegación a Washington ante la concreta posibilidad de acordar el nuevo convenio, Massa decidió anudar las relaciones políticas para darle el impulso final a las deliberaciones.
Actuando casi en tándem, el presidente Alberto Fernández, aprovechó su presencia en la Reunión Plenaria de Jefas y Jefes de Estado de la Cumbre UE-CELAC en Bruselas para reiterar sus críticas al organismo.
“El Fondo Monetario Internacional no ha podido encontrar el tiempo y las voluntades para revisar su política de sobrecargos y el capital disponible de los bancos de desarrollo continúa siendo insuficiente”, lanzó el primer mandatario.
Para reforzar la misión en Estados Unidos en la noche del martes viaja a la capital estadounidense el secretario de Hacienda, Raúl Rigo y se unirá al grupo integrado por el viceministro Gabriel Rubinstein, al jefe de Asesores, Leonardo Madcur, y el vicepresidente del Banco Central Lisandro Cleri.
La presencia de Rigo es fundamental porque es quien está a cargo de la caja y quien tendrá que velar por que el cumplimiento de las metas fiscales que hasta aquí han sido el principal factor de desencuentro con el organismo.
El desvío fiscal es una obsesión del FMI dado que lo apunta como principal responsable de la inflación. Además, ante la falta de financiamiento, el gobierno debe apelar a la emisión monetaria para cubrir el bache alimentando la suba de precios.
En esa línea, un informe de la consultora PPI indicó que al 13 de julio los depósitos del Tesoro en el BCRA subieron $190.736 millones, de $29.501 a $220.237 millones, “lo que sería indicio de un nuevo Adelanto Transitorio”.
“De confirmarse este nuevo giro, se sumaría a los de $688.000 millones del 30 de junio (para comprarle yuanes y DEGs al BCRA para afrontar el pago al FMI) y $400.000 millones el 7 de julio ($260.000 millones para comprarle dólares al BCRA para pagar cupones de Globales y Bonares y US$140.000 millones para cubrir necesidades fiscales), totalizando $1.278.000 millones ($1,28 billones) en las últimas dos semanas”, explicó la consultora.
De esta forma “la asistencia monetaria directa acumulada en 2023 treparía a $1.948.000 millones ($1,95 billones), frente a una meta de $883.000 millones”, precisó PPI.
“En otras palabras, transcurrido poco más de la mitad del año, el desvío sobre la meta anual ya es de 120,6%. Si bien en Washington estaría trabajándose sobre una recalibración de los targets, una falta tan flagrante no debe estar contribuyendo a acercar las partes”, concluyó el informe.