23 de noviembre de 2024
Con el exilio a Bielorrusia de Prigozhin y los mercenarios sublevados en Moscú el pasado fin de semana, los países vecinos y parte de la OTAN advirtieron su temor de escalada en el conflicto.
El Servicio de Seguridad Federal ruso argumentó que tomó la decisión luego de que se estableciera que los participantes en la “rebelión armada” pusieron fin sus “acciones”, cuyo objetivo era “cometer, directamente, un delito”.
Yevgeny Prigozhin dijo que lo hace para evitar un “baño de sangre”. También agregó que “estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a los campamentos de campaña”.
No es novedosa la táctica de entrenar cetáceos muy inteligentes con fines bélicos, sino que proviene de los tiempos de la Guerra Fría y fue utilizada tanto por rusos como por estadounidenses.
El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos recalcó que se espera que el entrenamiento se lleve a cabo antes de fin de año “en algún lugar de Europa”.
Continúan las tareas de rescate en la región inundada luego del ataque a la represa, que es fuente de enfriamiento de la central nuclear de Zaporiyia, blanco aparente de los próximos ataques.
Los representantes de más de 60 países, instituciones financieras internacionales, el sector privado y la sociedad civil participan en el evento de dos días.
En los últimos días comenzó la anunciada contraofensiva ucraniana, pero los blindados enviados por la OTAN están siendo destruidos por misiles rusos Lancet. Alemania comienza a buscar conciliación por la fuerte caída en las finanzas de la empresa responsable de los Leopard.
Mediante un mensaje difundido por su cadena nacional de comunicación, el líder norcoreano exaltó “la correcta dirección y guía (de Putin) para contener las crecientes amenazas de fuerzas hostiles”.
“Me sorprendería bastante si algún líder mundial no estuviera tomando nota de lo que esto muestra en términos del espíritu de esta alianza”, dijo la embajadora de EE.UU. en Alemania.
Hay 7 personas desaparecidas y miles de evacuados luego del atentado a la represa de Kajovka, en lo que ya es un desastre humanitario y medioambiental.
El oleoducto Togliatti-Odesa, que Rusia usaba para exportar amoníaco, fue detonado por saboteadores ucranianos el pasado lunes, según informaron las autoridades de Rusia, intoxicando a varios civiles y no afectando a ningún objetivo o personal militar.
El jefe de la diplomacia china, Wang Yi, aseguró que su país trabajará con Francia para “crear condiciones” para “encontrar una solución política” al conflicto.
La represa de Kajovka, ubicada en los óblast rusos al sur del territorio ucraniano, sufrió detonaciones que liberaron parte del agua del río Dniéper, inundando varias ciudades.
Según la información difundida por The Washington Post, los ataques a objetivos civiles que está llevando a cabo el ejército ucraniano en Rusia contarían con el armamento de producción belga entregado exclusivamente “para uso defensivo”.
A pesar de que ambos organismos no pueden adhesionar a países en guerra, el presidente ucraniano reprochó a líderes del bloque y presiona a la OTAN públicamente para ingresar.
Dos días después de que Moscú fuera bombardeada con drones, Kiev lanzó un nuevo ataque con tanques e infantería a la población civil de la región de Belgorod, que fue abortado por el ejército ruso y las fuerzas especiales.
A pesar de los enormes envíos de artillería por parte de la OTAN, Ucrania no ha podido avanzar significativamente en su contraofensiva y ahora se concentra en atacar objetivos civiles en territorio ruso.
Los funcionarios rusos criticaron que el senador estadounidense Lindsey Graham dijera que “los rusos se están muriendo” y que la guerra de Ucrania es “el mejor dinero que hemos gastado”.
Los servicios de seguridad rusos detuvieron a los soldados ucranianos que llevaban varios kilos de explosivos y tenían como objetivo las centrales nucleares de Leningrádskaya, cerca de San Petersburgo, y Kalíninskaya, en la provincia de Tver.